Recientemente, se ha publicado en Nature Energy un artículo producto del trabajo conjunto de personas expertas en justicia energética donde participa una académica mexicana, perteneciente al Instituto de Energías Renovables de la UNAM (IER-UNAM). La Dra. Karla Cedano Villavicencio (Fig. 1), quien lidera el Laboratorio de Innovación y Futuros y realiza investigación en energía, sustentabilidad y sociedad e innovación [1] , junto con un equipo internacional de personas científicas han puesto en las páginas de una de las revistas de energía más importantes un tema fundamental en temas de justicia energética: las palabras y los términos que usamos en nuestra labor científica, económica y social importan, y mucho [2] .
«¿Cómo se dio esta colaboración?», le pregunté a la Dra. Cedano Villavicencio en conversación personal. Me platicó que desde hace años empezó a investigar y a colaborar en temas de demanda social de la energía, indicadores relacionados con el acceso a la energía, escenarios energéticos prospectivos, entre otros. Esto la ha llevado a proponer herramientas y a generar conocimiento que coinciden con el interés y líneas de investigación de personas de diferentes partes del mundo. Fue así que, junto con sus colegas de coautoría, se plantearon la pregunta: ¿por qué hablamos como hablamos de «pobreza energética»?
«Yo creo que lo que más resalto de este trabajo fue la congruencia entre cómo fue colaborar con este grupo de personas y el tema de nuestro texto», me dijo. Todas las contribuciones, ideas, posicionamientos y cuestionamientos fueron igual de válidos, sin importar de quién vinieran. Precisamente la antítesis del artículo es la negativa a posicionarse como entidades prescriptivistas que conocen el tema de pobreza energética y pueden hacer categorías, sugerir políticas públicas, proponer formas de medirla, etcétera, sino, más allá de eso, tomar una postura descriptivista con una amplia consideración de los diversos factores relacionados con las desigualdades en el uso final de la energía. El objetivo es criticar, constructivamente, el lenguaje y los marcos conceptuales con los que se abordan las injusticias energéticas en los hogares desde la ciencia natural y social, la ingeniería y la política.
Las personas autoras plantean la necesidad de dejar de emplear vocabulario que, con o sin intención, encasilla a quienes sufren las injusticias energéticas como víctimas pasivas y que, de cierta forma, trivializa las causas de estas. Recomiendan, en cambio, usar términos que reflejen las causas sociales y económicas de las injusticias energéticas. Algunos ejemplos podrían ser «grupos o personas desatendidas» o «poco alcanzadas». La idea es enfatizar que la situación no es inherente a estas personas, sino a decisiones políticas y a estructuras institucionales que no permiten o no han logrado justicia energética ni social ni económica.
La participación de las personas que experimentan las injusticias energéticas en las definiciones de conceptos y en el establecimiento de métricas e indicadores podría pensarse como esencial y común; sin embargo, es difícil encontrar ejemplos de esto.
«Nuestro trabajo sobre el Índice de Satisfactores Energéticos Impulsado por Capacidades que surgió en gran medida por la implementación de talleres participativos con comunidades de México fue citado como un ejemplo positivo de abordaje de esta materia» [3] , menciona con gusto la Dra. Cedano Villavicencio. Abordar las inequidades en materia de energía mediante la experiencia compartida es una recomendación que nos hacen las personas autoras del artículo en cuestión.
Hasta el día en que se escriben estas líneas, solo tres personas con adscripción a instituciones mexicanas han contribuido a Nature Energy [4] , siendo Karla Cedano la última de ellas y la primera del IER-UNAM.
Que la labor de nuestras personas académicas siga logrando este y otros hitos tan importantes. ¡Felicidades, Karla!
Agradecimientos:
● A Karla Cedano, por el tiempo brindado para esta conversación sobre este logro y por la revisión técnica de estas líneas.
● A Ana Sarracino, por hacer la primera lectura de este texto y por sus comentarios constructivos.
Fig. 1. Karla Graciela Cedano Villavicencio, académica del IER-UNAM
Fig 2. Portada del artículo
[1] Más detalles sobre la Dra. Cedano se pueden consultar en: https://orcid.org/0000-0002-8102-7226 y en: https://www.ier.unam.mx/academicos/kcedano/
[2] Bouzarovski, S., Cedano-Villavicencio, K.G., Delina, L.L., Martiskainen, M., Reames, T. G., Simcock, N. Reframing how we talk about ‘energy poverty’. Nature Energy (2025). https://doi.org/10.1038/s41560- 025-01794-w
[3] Karla Ricalde, Karla G. Cedano, Harriet Thomson, and Tiare Robles. (2021). Contextualizing Nussbaumer via Nussbaum: unveiling a multi-disciplinary, human capabilities-centred approach to energy poverty from Mexico, Research Handbook on Energy and Society (pp. 154-167).
DOI: https://doi.org/10.4337/9781839100710.00021
[4] Nature Energy tiene un factor de impacto de cinco años de 68.9 y un indicador de citas de revista (Journal Citation Indicator) al 2024 de 8.48, de acuerdo con el sitio webofscience.com.
Free AI Website Maker